Una de las herencias que quedará luego de pasar la pandemia del Coronavirus será el avance logrado en términos del Teletrabajo.
Fue justamente a raíz de otra crisis -la del petróleo a inicios de los 70s- que se empezó a hablar de este concepto y de llevar el trabajo a las personas y no las personas al trabajo. Sin embargo, a inicios de los 70s, Internet como la conocemos hoy era sólo parte de la imaginación y los computadores aún estaban en etapa experimental con costos que los hacían inviables para el hogar.
Pero la tecnología avanza y hoy Internet tiene sobre el 80% (Hootsuite 2019) de penetración en nuestro país y los dispositivos capaces de conectarse a la red están prácticamente al alcance de todas las personas. El desarrollo de sistemas alojados en la nube ha hecho además que las capacidades de memoria y transmisión de datos ya no sean una limitante en el intercambio de información.
En cuanto a Coca-Cola, la compañía en la que trabajo desde hace 7 años, el Teletrabajo es una herramienta fuertemente arraigada por la misma estructura de la compañía: una multinacional con funciones matriciales distribuidas en múltiples países.
Mi equipo directo, está principalmente ubicado en Lima y Buenos Aires, lo que hace que el trabajo a distancia sea habitual y necesario y viene funcionando así antes del Coronavirus.
Sin embargo, al igual que cualquier herramienta y proceso laboral, requiere de adaptación y protocolos de funcionamiento:
● Establecer horarios de inicio y término y respetarlos puntualmente
● Considerar los delay de comunicación antes de preguntar o responder
● Idealmente, compartir la información como pre-lectura antes de la reunión
● El mail, Whatsapp, Skype, Teams, el llamado telefónico y otras herramientas son complementarias y no reiterativas (evite enviar la misma información por todas las plataformas)
● Respetar la idiosincrasia y acentos (la cadencia de los acentos sumado al delay de los sistemas puede entorpecer los debates)
● Establecer un ambiente y entorno en el hogar que facilite la concentración y comunicación
● Ser disciplinado en las rutinas y horarios, es fácil pasar límites de horarios y espacios (donde llegue la señal de internet puede ser una oficina y todas las horas podrían ser laborables)
Adicionalmente, trabajar de manera remota en un contexto de complejidad social como una cuarentena, representa un nuevo desafío ya que para seguir avanzando, no hay otra opción que el uso del Teletrabajo. Entre las consideraciones adicionales están:
● Establecer horarios de almuerzo y tareas personales. Suena obvio, pero tuvimos que acordar un horario específico entre todos ya que por agendas algunas veces las únicas horas disponibles eran las del almuerzo y si bien había voluntad de conectar, había que considerar a nuestras familias para la coordinación. También horarios para poder salir a comprar o hacer trámites personales, muy necesarios en cuarentena.
● Comprensión y apoyo para las diferentes situaciones personales. Tenemos compañeros que están con toda su familia y algunos que están encerrados completamente solos, algunos de ellos divorciados sin poder ver a sus hijos y todo esto influye en el estado anímico. Para esto, se ha establecido apoyo interno especializado desde la compañía, tanto a nivel de líneas directas con RRHH para la conversación más especializada, el establecimiento de lazos entre personas concretas dentro de la compañía de áreas diferentes para fomentar el compañerismo online y dentro de los mismos equipos ya que el cuidado de las personas es prioritario.
¿Qué quedará de herencia luego de esta crisis?, hemos visto que el Teletrabajo es una herramienta real y al alcance de todas las compañías. Genera productividad, agilidad y oportunidades de conexión y desarrollo y expansión de negocios. La sola idea de ganar una o dos horas al día evitando estar en el transporte ya es una idea atractiva. El mundo está más cercano.
Pero trae nuevos desafíos, dejar de exponerse al contacto físico habitual con las personas es una limitante social que traerá un impacto en las comunicaciones, el debate de ideas a través de las pantallas afecta la habilidad de percibir los mensajes no verbales importantes en este debate. Del mismo modo, para algunas profesiones y roles cambia el entorno competitivo. Ya no solamente competimos laboralmente con las personas que están en la misma ciudad, sino que competimos con personas en todo el mundo. Hemos visto hace años que los call centers pueden estar ubicados en un país diferente de donde se requiere el servicio, al comienzo con muchas aprehensiones, pero hoy está asumido como parte de la realidad. Para comunicarnos y trabajar con una persona que estaba sentado junto a nosotros en la oficina hay una serie de herramientas que hoy nos permiten desarrollar el mismo trabajo con una persona sentada en otro país, por lo tanto, cuando estemos buscando talento para un puesto, la competencia laboral se abre al mundo.
¿Estaremos preparados para el mundo post Coronavirus? Si no fuera el caso, es el momento de empezar a hacerlo.